EL
CAMINO INFINITO
Una suave brisa va silenciosamente
Acercándose hacia el rudo camino
Y el silencio
interrumpe fugazmente
Al viajero sin
destino.
Las plantas parecen
yertas
Parece un
triste y ritual
rito
Pero un dulce
pajarillo las mira
como muertas.
Contemplando
el camino infinito
Veo a lo
lejos una casa
abandonada
Junto a un
pozo sin agua
que sacar
Y la mirada
de un pobre labrador
denegada
Hacia ese viajero
que no para
de caminar.
Ya dejada atrás
la pequeña casa
Una abeja comienza
a recolectar
Se levanta un viento
que arrasa
Y la sutil
y pequeña abeja
deja de volar.
Mirando
hacia el camino
Vemos al viajero
Que
contempla como los
finos
Rayos
solares caen los
primeros.
Este camino nunca
termina es un
camino infinito
Podrá el viajero, sin
saliva y sin
un grito
Podrá llegar a
la cima
Del camino infinito.
ANTONIO RUIZ DOMÍNGUEZ 23
OCTUBRE 1984
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